Cada vez que leo una nota periodística termino con la misma sensación. El mundo está lleno de estúpidos. El universo entero está hecho, como decía Zappa, de estupidez. Acabo de leer una nota sobre "las modelos que enseñan demasiado", hablando de las que son fotografiadas en topless o lo que sea. Hablaban, entre otras, de Lindsay Lohan, quien fue captada por un fotógrafo enseñando sus senos, pero cubriéndoselos "de manera estratégica". Así decía la nota, no es mentira: "de manera estratégica". Creo que fue el mal uso del término "estratégico" lo que me mostró la verdad tan claramente: rimbombante, exagerado, fuera de lugar, así es casi todo el periodismo. Ustedes dirán que por qué leo ese tipo de notas, pero el problema es que casi todas las notas son así. Y cuanto más pretenciosas, peor. Escritas en un pésimo español, al vapor, mediocres. Casi todo lo que una persona puede leer hoy, exceptuando los libros, tiene ese nivel de redacción o uno peor. Entonces: todos estúpidos. Empezando por los periodistas, analfabetos pretenciosos que encima escriben con prisa. Siguiendo por los lectores, que en su mayoría aman este tipo de notas y son incapaces de detectar aberración alguna. Y terminando conmigo, que también leo ese tipo de notas. Todos estúpidos. Un ejército. Para esto, las escuelas. Para esto, la educación secundaria. Para esto, los ejércitos de profesores, los uniformes y los útiles y libros escolares gratis. Millones de seres con la inteligencia y la curiosidad de los habitantes de Fondo de Bikini entrando a sus computadoras, babeando, saltando de una estupidez a otra, de Internet al Cable, del XBOX a la Liga Europea, engordando, envidiando, solos.
Supongo que todos somos esa persona de vez en cuando. Tal vez no se trate de dividir el mundo en estúpidos y no estúpidos, y la estupidez sea más bien una actitud, un episodio que se distribuye entre la población con forma de campana (si tenemos suerte). Yo mismo tengo reservadas algunas horas a la semana para ser estúpido. La estupidez es necesaria para casi todos, pero la idea es reducir esa necesidad de estupidez al mínimo. Y no sólo se trata de no leer cierto tipo de notas. También habría que tratar de que esas notas no se escribieran. No se. Hoy mi corazón está lleno de desprecio.
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