
En el post pasado mencioné de paso la teoría del eterno retorno. Que no es en realidad una teoría, pero no importa. Todos conocemos las bases de este asunto: si el tiempo es infinito, todo lo posible sucederá. Todo, incluso la repetición infinita de todo lo posible. Incluso la repetición infinita de la misma secuencia exacta de eventos. En algún momento volveremos a nacer, y la sucesión de causas y efectos nos llevará a nosotros, y al universo entero, a recorrer una y otra vez el mismo camino.
Creo que la teoría del eterno retorno es compatible incluso con la de un universo caótico. En un universo caótico es difícil o imposible predecir qué acontecimientos seguirán a otros. No importa, porque el infinito contiene todas las combinaciones posibles infinita cantidad de veces.
Pero hay una fricción entre esta esperanza y lo que hoy sabemos - lo que hoy otros saben - respecto de los futuros eventuales del universo.
Aceptemos, por un momento, que fuera verdad ese sustituto secular del Génesis que es el Big Bang, y partamos de ahí.
En mi opinión, el eterno retorno sólo es compatible con la teoría del futuro "Big Crunch" (nombres nacos que usan los gringos para hablar de cosas serias, haciendo gala de una campechanía que no poseen en cuestiones sexuales, por ejemplo, pero ese es tema para otro post). Me refiero al postulado de que en el futuro, la atracción gravitacional ocasionada por la masa de toda la materia del universo, será suficiente para frenar y revertir la expansión actual - no sé si saben eso: el universo se está expandiendo; todo se aleja de todo - , haciendo colapsar el universo entero en un único punto sin espacio, ni tiempo, donde ya no regiría ninguna de las leyes conocidas de la física. Este punto, con algunas restricciones, podría dar lugar a un nuevo Big Bang, para satisfacción de Nietzsche y de todos los que lo volveremos a leer, sin saber que lo volvemos a leer y sin saber que lo hemos leído antes infinitas veces.
Pero para que este futuro tenga lugar se necesitan condiciones especiales: la masa total del universo tiene que superar un valor crítico, suficiente para detener su aceleración. Si la masa del universo es igual o inferior a este valor crítico, la aceleración no se detendrá. El universo se seguirá separando indefinidamente, sea a una velocidad creciente - las mediciones actuales indican esto - , constante, o asintóticamente decreciente.
Esta separación no sólo será un alejamiento de las galaxias. Será, eventualmente, una desintegración de todos los elementos que componen el universo. La fuerza gravitacional que mantiene unidos a los planetas se consumirá, lo mismo que la fuerza electromagnética que mantiene unidos a los átomos. El universo se enfriará, la energía se disipará irremisiblemente - de acuerdo con la Segunda Ley de la Termodinámica -, y todas las partículas se disgregarán en un proceso irreversible.
Todas las estrellas se apagarán y desintegrarán. Prácticamente toda la materia perderá su estructura. En un momento sólo quedarán agujeros negros, pero después también éstos desaparecerán. Esto puede suceder en algo así como 10 (a la 100) años. El frío será indecible. Algunos de los átomos remanentes en este período tendrán electrones de órbitas cercanas al tamaño del universo actual. Tal expansión continuará por siempre.
Hay quienes postulan que el universo podría, entonces, experimentar una "transición de fase" y convertirse en vacío total. Malas noticias para Nietzsche.
Hay quienes, más perspicaces o tal vez desesperados, postulan que nuestro desconocimiento de las leyes que operarán bajo esas condiciones - presumiblemente, las de la física cuántica - no nos permite descartar que, en algún momento, se produzcan condiciones similares a las del Big Bang. Se estima que el tiempo que debería pasar para que existan estas condiciones podría ser de 10 (a la 1056): un 10 seguido de 1056 ceros.
La esperanza nunca fue una palabra tan larga.