Volverián las oscuras golondrián
del balcón, sus nidos colgarián
pero aquellas que mató Kalenkerián
esas, nunca, nunca volverián.
31 oct. 2008
22 oct. 2008
15 oct. 2008
30 cm
Tengo un arbolito pequeño, algo así como un bonsai, pero menos elegante. Es un árbol humilde; el único de la casa. Está en una macetita de cerámica. Durante mi último viaje a Uruguay una amiga se olvidó de regarlo y se secó. Ya lo habíamos rescatado antes algunas veces, pero esta vez parece que se secó de verdad. Quién sabe. Hace dos meses que le ponemos agua todos los días, y le rociamos las hojas con un coso de esos para limpiar vidrios, pero no pasa nada. Nunca aparecen las hojitas nuevas, diminutas, que esperamos. Sin embargo ya se volvió como un hábito: levantarse y mojarle las hojas; lavar los platos y rociarle las hojas. Ponerle agua dos o tres veces por semana. Lo estoy mirando en este momento.
Tal vez la fe y la costumbre sean lo mismo.
Tal vez la fe y la costumbre sean lo mismo.
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